miércoles, 31 de julio de 2019

Seguimos recorriendo valles......


 Durante los días 2, 3 y 4 de julio, descubrimos dos pintorescos valles de nuestra comarca, el Ribota y el Manubles.

 Bajo el sol de verano y perpetrados con nuestras mochilas, comenzamos la jornada del día 2 de julio , visitando la iglesia de Santa Tecla de  Cervera de la Cañada, una de las maravillas del mudéjar a la que nos acompañó José Manuel que nos contó interesantes detalles de su proceso de restauración .













Seguidamente, acudimos a Aniñón donde nos encontramos con  Paz, que nos mostró el molino de aceite y su funcionamiento, proyectándonos una recreación del proceso de la elaboración del rico aceite de oliva.
Tras callejear por el pueblo, contemplamos el muro mudéjar del hastial y nos llamó especialmente la atención la capilla del Santo Misterio.







Avanzando Ribota arriba, hicimos una parada en Villarroya de la Sierra y repusimos fuerzas en una agradable terraza situada en el paseo.

 Subimos al torreón del rey y contemplamos el hermoso paisaje de tonalidades rojizas, y sus viñedos,visitamos su plaza de toros y al bajar, no podíamos marcharnos sin degustar los deliciosos mantecados que allí elaboran.







 Y aunque el cielo comenzaba a encapotarse aún nos permitió concluir la jornada visitando la localidad de Clarés de Ribota donde la señora Ramos apagó sus fogones en los que estaba haciendo la comida, para atendernos y amablemente, abrirnos la iglesia de Nuestra Señora del Castillo.













 El 3 de julio, fue una jornada intensa...
Comenzamos con un plato fuerte, la iglesia de Torralba de Ribota, que tanto su arquitectura mudéjar como sus retablos góticos nos dejaron boquiabiertos.

Cuando dejamos atrás esta localidad, apreciamos su icono, la Torre Blanca y....¡cambio de valle!


Nos adentramos en el Valle del Manubles, siendo nuestra primera parada, Bijuesca, donde vimos su iglesia, su fuente de los 28 caños, y nos refrescamos y relajamos en el maravilloso Pozo de los Chorros escuchando los sonidos de la naturaleza.





Con las fuerzas renovadas, nos dirigimos a Berdejo, donde Fernando Escribano, su alcalde, nos recibió y nos contagió su ilusión por hacer de su pueblo un lugar mejor, trabajando codo con codo con los vecinos.
De camino al Museo de la Escuela  Fernando, nos enseñó  su peña, donde se reúne con sus amigos para intercambiar risas, comidas y partidas de cartas en sus momentos de ocio en el pueblo.
En el antiguo ayuntamiento apreciamos la labor de rehabilitación y en el museo de la antigua escuela pudimos apreciar el mimo con el que se conservan todos sus elementos, como si el tiempo se hubiese detenido entre sus paredes.

Al salir del ayuntamiento, algunos de nosotros, nos quedamos a la sombra del soportal y otros apuraron el tiempo para subir al castillo que se encuentra al lado, y contemplar el fantástico paisaje antes de partir a nuestro siguiente destino, Torrelapaja.
Torrelapaja y Berdejo son localidades unidas históricamente, Lola nos lo descubrió contándonos la tradición de las  reliquias de San Millán...sí, sí, las llaves compartidas!

Siguiendo nuestro camino del disfrute, llegamos a Malanquilla, donde nos recibió Ernesto para mostrarnos las entrañas del majestuoso molino de viento que descansa en sus prados.









Concluimos la exploración de la zona el día 4 de julio comenzando la jornada de buena mañana en Torrijo de la Cañada donde nos esperaba Lorenzo, párroco de Torrijo, Villalengua y Moros, que a través de sus explicaciones nos mostró ser un gran conocedor de su patrimonio religioso.

En Villalengua hicimos un pequeño descanso, tomamos un café con su alcaldesa Ana y  nos deleitamos con las exquisitas rosquillas de anís que nos había preparado la madre de Judith.
En Moros paseamos por sus calles y llegamos hasta el mirador que ofrece unas vistas espectaculares.

Por último, para poner el broche final a la ruta, al llegar a Ateca y entrar a la oficina de turismo de la mano de Lola, su guía, admiramos su labor informativa, a nivel local e incluso, comarcal.
Lola nos invitó a detenernos frente a la fachada del ayuntamiento, edificio de estilo renacentista aragonés; y también, bajo la torre del reloj.
Ya en la iglesia de Santa María, nos explicó detalladamente su magnífica torre, su interior, y deambulamos por su estructura, lo que nos permitió acercarnos al proceso constructivo de un templo.

Con todo ello, os mostramos la riqueza que habita en nuestra comarca, nuestros avances en el descubrir y os invitamos a conocerla.






Judith y Marga.






The last step: el viaje de mi vida

Las paredes están otra vez vacías y tristes Mientras desaparecen de las paredes las fotos y decoraciones que han dado calor a nuestro ...